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Con la llegada del verano, es hora de deslumbrar con tus hermosas joyas de plata y oro!
Sin embargo, es importante recordar que el calor, la humedad y la exposición a diversos elementos pueden afectar la calidad y el brillo de tus preciadas piezas, por ello el verano que acaba de comenzar es una de las épocas en las cuales más podrían sufrir daños nuestras joyas.
Te ayudamos a que les des el cuidado que debes darle a tus joyas de plata y oro, para mantenerlas siempre bellas.
1- CREMAS SOLARES
Durante el verano hemos de ser responsables y utilizar protector solar.
Eso sí, debes recordar quitarte cualquier joya antes de aplicarla en tu cuerpo.
Evita el contacto directo con productos como perfumes, lociones o protectores solares mientras llevas tus joyas. Es recomendable aplicar estos productos antes de ponerte tus joyas y dejar que se absorban completamente.
Estos productos pueden oscurecer o dañar el brillo de tus piezas.
2- PLAYA Y PISCINA
Nunca te bañes en la playa o en la piscina con tus joyas puestas, ya que sustancias como el cloro o la sal del mar pueden dañarlas y erosionarlas seriamente, o afectar en aspectos como el brillo y el color.
Si tu joya está bañada en oro, el agua (y más aún si es salada o clorada) puede llegar a erosionar lentamente la superficie y dañar el baño.
Si, es de oro macizo o plata de ley, no sufrirá este problema pero sí puede perder su lustro con el tiempo, por lo que tampoco es recomendable.
3- ARENA
La arena de playa contiene micro granos de minerales entre los que encontramos cuarzo, feldespato y mica. Estos dos últimos tienen una dureza muy baja en la escala de Mohs lo que los hace inofensivos, pero el cuarzo, tiene una dureza de 7 en la mencionada escala.
Por lo que puede rayar a otros minerales o gemas y sobre todo al oro. Si llevas tus sortijas a la playa y tocas continuamente la arena el oro perderá su pulido y tendrás que llevarlas al joyero para que le devuelva su brillo a tu vuelta de vacaciones.
Las gemas que nunca se rayan en la playa son los diamantes, los rubíes, los zafiros y las esmeraldas.
Corales, perlas, ópalos, jade, ámbar, Tanzania, peridotos, granates, ónix, coranlina, labradorita, lapislázuli, fluorita y malaquita se encuentran entre las gemas más conocidas y usadas en joyería y son a las que tenemos que prestarle un especial cuidado si las llevamos a la playa por su baja dureza y alta posibilidad en rayarse.
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